Etapa 1: Vélez-Málaga --> Alzira (637 Kms)
La primera ruta consistiría en llegar a Alzira. Unos 700 kms
aproximadamente. Están en el rango de poder hacerlos en un día sin demasiados
problemas. Para diseñar la ruta a seguir contacto con el
compañero Josefo del foro
ClubTriumph. Persona maravillosa que conozco y con la que he compartido buenos
ratos en mis viajes a Murcia.
Domingo
16 de Junio, y el despertador suena a las 7:00 AM. Tras los últimos
preparativos y tras un expresso, me visto, termino de cargar la moto y cojo el
casco y los guantes para emprender la marcha.
Son las 8:12 AM cuando cojo la autovía que me llevaría hasta Almuñecar. Primeros kms tranquilos, acomodándome, descubriendo las nuevas sensaciones de la conducción con maletas rígidas cargadas y con un peso extra de todo el equipaje que rondaría los 40-50 kgs.
Pronto me encuentro en el final de la autovía que obliga a coger la N-340 a
la altura de Almuñecar.
No hay problemas, es un tramo bastante que me gusta bastante y que pienso
disfrutarlo. Tras pasar las poblaciones de Salobreña, Motril, Torrenueva y
Calahonda ... llego a las fantásticas curvas de Castell de Ferro. Aquí es donde
empiezo a notar verdaderamente el peso extra de la moto y aunque el impetud, el
tráfico y la climatología me invitan a buscar un poco más los límites ...
decido tomármelo con calma. Es un viaje motero, pero también es un viaje
laboral. No puedo permitirme un escalabro que ponga en riesgo las tres semanas
de trabajo.
Sigo
disfrutando mientras pasan los kms. Disfruto del fantástico clima que estoy
teniendo y del paisaje, que aunque conocido, nunca deja de sorprenderme y
maravillarme. Llega el momento del primer repostaje, justo antes de coger la
autovía poco antes de Adra. Reposto y vuelvo a reemprender la marcha. Ahora
sería unos cuantos kms de autovía hasta Viator, lugar donde haría la parada
para visitar, de forma fugaz, a mi hermano y toda su familia.
En la
monotonía de la autovía, empiezo a revisar anclajes de la mochila
sobredepósito, de la toma de mechero y del soporte en el manillar del movil
(haciendo las funciones de GPS). Y si, digo soporte del móvil, ya que es lo
único que encontré. Hacia hora y media, cuando arranqué, coloqué el móvil en
dicho soporte, por llevarlo ahí (ya que hasta Almería la ruta me la conocía
perfectamente) ... pero en estos momentos, el móvil no estaba. Me salgo de la
autovía en la primera salida que puedo y me paro a revisar en todos los
bolsillos de la mochila y equipaje. Estaba seguro que lo había colocado en el
soporte al salir de casa ... pero necesitaba pensar que estaba equivocado.
Necesitaba pensar que me lo encontraría en algún bolsillo ... pero no fue así.
Así
que lo primero que hago es revisar el ticket de la gasolinera para llamar allí.
Pienso que durante el momento del pago, aunque no le quité ojo a la moto,
alguien pudo cogerlo sin que yo lo viese. Llamo ... pero no me cogen. Empiezo a
ponerme nervioso. Solo llevo 180 kms de los 3 o 4 mil que calculo hacer, y
acabo de perder una pieza "clave". No es que no pudiera continuar (ya
que de hecho, solo en muy raras y contadas ocasiones suelo utilizar GPS), pero
ya no solo era por el tema orientación .... Mientras dejo pasar unos minutos
para volver a seguir llamando, pienso en revisar las imágenes que he ido
echando por el camino, para ver si eso pudiera ayudarme a detectar el momento
de la pérdida. Así fue, voy revisando todas y cada una de las imágenes, y en ninguna
de ellas se encuentra el móvil en el manillar. Ni si quiera en la primera que
eché en Almuñécar. Esto me hace llegar a la conclusión, de que en los kms de
autovía de Vélez a Almuñécar, el teléfono se ha caído. Son demasiados kms para
volver a buscarlo. Así que decido asimilar la noticia y convertirla en anécdota. A partir de
ahora, seguiría viajando como siempre se ha hecho: mapa físico, roadmap y una
excelente orientación. Allá vamos !!
Tras la visitar a la familia, ya es media mañana, el calor empieza apretar y voy a adentrarme en la zona
más calurosa de toda España, así que es momento de sacar mi nuevo chaleco
refrigerante y estrenarlo. Sensación rara eso de ir con algo mojado, pero que
comprobaría su tremenda efectividad en breves momentos.
Otro tramo más de autovía, a ritmo fuerte, intentando recuperar poquito a
poco el tiempo. Pasada la salida de Mojacar y antes de llegar a la de Vera, me
salgo de la A-7, con intención de ir a partir de ahora lo más pegado posible a
la costa. Disfrutando de mar, de la carretera y de todas estas pequeñas
poblaciones costeras y tan turísticas que hay por toda esta zona.
Pasé
por Garrucha, Puerto de Rey, Playas de Vera, Villaricos para terminar llegando
a Águilas, lugar donde pensé en parar y comer en un merendero. La propia
carretera te lleva hacia Águilas, pero la falta de indicaciones es total. Lo
que parece una circunvalación, te lleva de cabeza a la autopista de peaje, de
la cual tuve que salir marcha atrás y huyendo !! Tras volver a la carretera por
la que venía, me metió por dentro del pueblo, y sin
saber muy bien como salir ni ver donde parar a cumplir mis intenciones .... terminé
saliendo del pueblo y continuando mi camino.
Con la vista puesta al frente, sigo dando gas a la Tigresa. Los kms pasan y me encuentro con una pequeña ascensión de
un puerto, con una carretera antigua en su aspecto (pero no en su asfalto),
totalmente solitaria, con los quitamiedos totalmente oxidados y con la
sensación de que hubieran pasado años sin que ningún vehículo hubiera rodado
por allí. Pero no me importa. Disfruto de los pocos kms que asciende la
carretera pegada al mar. Al llegar arriba, me encuentro con un repetido y con
una bajada por la otra cara igual que la anterior, pero aquí si que el asfalto
tiene pequeños baches y gravilla en algunas zonas.
Una
vez completado el descenso, sigo hasta llegar casi a Manzarrón, ya que
encuentro una gasolinera y un bar de carretera bastante lleno y decido hacer mi
parada para comer. Mientras como en la barra, charlo con el camarero y tras hablar con él, decido que hay que seguir acortando tiempo y para ello
no queda otra cosa que llegar a Manzarrón y desviarse de la ruta original y
coger la RM-3 para enganchar con la A-7 nuevamente para llegar lo antes posible
a Murcia. Mientras planeo todo esto, empiezo a contactar con Josefo, indico
donde me encuentro y mis intenciones.
Tras algo más de media hora, arranco. Pongo la directa hasta Murcia, donde
paro a repostar y a avisar nuevamente a Josefo. Quedamos en la última
gasolinera de la provincia de Murcia y que limita con Alicante. En 20 minutos
estoy allí. Al llegar, me encuentro a Jose aún con el casco puesto y quitándose
los guantes.
Nos reencontramos tras bastantes meses, pero la sensación es que el tiempo
no hubiera pasado. Tomamos un café y hablamos de mi
viaje y de todo lo que me espera. Hablamos también de la organización del
aniversario que se va a celebrar en Murcia allá por el mes de Septiembre y
hablamos, como no, de la ruta a seguir. Ruta que gustosamente se ofrece a
guiarme hasta mucho más allá donde yo tenía pensado.
Son las 18:00 pasadas cuando nos ponemos en marcha nuevamente. Él va
delante, va marcando el camino a seguir. Llegado a Crevillente, nos salimos de
la autovía y empiezan los tramos de nacionales. Muchas de ellas fantásticas.
Con unas muy buenas curvas y asfaltos, que se nota que Jose se conoce. Mi
desconocimiento y, sobre todo, mi cansancio dada las horas y los kms acumulados
hacen que Jose tenga que esperarme en más de una ocasión. Pero eso no quita,
que tanto él como yo disfrutemos del hecho de rodar juntos. Pasamos por
Crevillente, Aspe, Novelda, Agost, Tibi, Jijona y terminamos todos estos
fantásticos kms disfrutando del Puerto de la Carrasqueta. En su zona alta,
paramos para inmortalizar el momento y despedirnos. Me acompañará en la bajada,
pero ahí ya cogeremos la autovía, él nuevamente hacia Murcia y yo ya con la
vista puesta en Alzira.
Desde aquí agradezco enormemente a Jose por su compañía durante todos estos
kms, que sin él hubiera sido incapaz de hacer, ya que resultan difícil de coger
los cruces y que me hubieran provocado más quebraderos de cabeza que
satisfacciones. Además, el poder ir acompañado durante un buen número de kms de
alguien en un viaje de este tipo, siempre se agradece. El cansancio no lo es
tanto, parece como si se compensara ... y el hecho de hacer una parada y tener
con quién hablar, no tiene precio. Disfrutar de los paisajes y el entorno con
alguien más, es una fantástica experiencia.
PD: Podeis ver el resto de imágenes pinchando aquí.
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