Vª Edición de la Koalada, y es mi segunda participación. Ni por asomo, años
atrás cuando leía las convocatorias y las crónicas de estas rutas, pensaba que
pudiera llegar a participar algún año en alguna edición (aunque me muriese de
ganas por hacerlo). En 2103, de forma increíble, los astros se alinearon de tal
forma para que todo pasase para que pudiera participar en la IVª Edición y
además, estrenando la compra de la Tigresa.
Este 2014, también de forma increíble, los astros se vuelven a alinear para que
pudiese encontrarme el pasado 21 de Junio en
Jorba a las 7:00 para el comienzo de la ruta.
Pero antes de estar en el lugar y hora indicados, todo empezó antes. El
móvil con su tenebrosa melodía despertadora, sonó a las 5:20 de la mañana.
Pronto, muy pronto ... y con pocas horas de sueño tras la paliza del día
anterior (Alzira - Solsona), pero es lo que había ... y el tiempo tenía que
aprovecharlo. Así que tras un rápido aseo, me disfrazo de motero y me pongo en
marcha. Son las 5:50 cuando salgo del garage del hostal en Solsona (lugar donde
acabaría la ruta al final del día) y debo poner rumbo hacia Jorba, a unos 62
kms y a unos 50 minutos de trayecto. Así
que sin más dilación, empiezan a pasar los primeros kms por la misma carretera
por la que llegué el día anterior a Solsona. Carretera comarcal, pero con buen
asfalto y muy rápida. Bonita al atardecer viendo los Pirineos al fondo, y ahora, en sentido opuesto, disfrutando del
amanecer sobre los valles que hay antes de esas tremendas moles montañosas.
Consigo llegar al lugar de encuentro a una hora bastante buena, 6:35. Pero
no soy el primero, ya se encuentra allí CarlesTT y Zehio. Rápidamente se
acercan a mi surtidor para saludarme efusivamente, cual compañero de ruta de
domingos y de momentos de terrazas. Se muestran interesados por mi y por el
viaje que me ha llevado hasta este momento. Seguimos hablando y poco a poco
cada vez van llegando más motos. A algunos ya los conozco, a otros no ... pero
se nota un que es un "día de
esos" ... un día especial, en el que hay mucha gente implicada y que
cada uno ha tenido que hacer sus propios sacrificios para poder estar ahí.
Sacrificios para poder disfrutar de la moto y la gente, sacrificio para poder
disfrutar de las fantásticas carreteras que recorreremos y sacrificios para
poder vivir y poder recordar un día como el de hoy en el futuro.
Esperando a que llegase la gente, los saludos continuan, las charlas entre
las personas que van llegando y las que aún no has podido saludar se suceden
... y mientras tanto, esperamos a que a las 7:00 nos abran la cafetería de la
estación de servicio para arrancar la ruta con algo en el cuerpo.
Tras un café rápido, a las 7:30 estamos todos encima de la moto y
arrancando la Vª Edición de la Koalada.
Los primeros kms transcurren por una carretera estrecha y bien asfaltada,
pero con el inconveniente del sol de frente. Prácticamente no se veía nada.
Había que tener cuidado. Carretera que nos llevaría a atravesar la población
del Rubió, a partir de la cual la
carretera se ampliaba un poco más y el sol se quedaba en un lateral. La cosa
mejoró y fue entonces cuando la gente empezó a apretar el ritmo. Se notaban que
eran los primeros kms y que había mucha gana de rodar, y fuerte, en el grupo. Los kms pasan y cada uno va colocándose
dentro del gran grupo donde el ritmo mejor se adapta. Poco a poco se va
segregando el grupo y se van formando otros grupos. Pasamos por Calaf, con un
poco de confusión, pero gracias a Zehio y a su GPS, tras divagar ligeramente
por el pueblo, en seguida estamos nuevamente en la senda correcta.
Nuevamente el puño de gas enroscado a la más mínima, pero sería este tramo,
quizás con total seguridad, el más peligroso de todo el día. Tramo rápido con
alguna curva de media velocidad. Muy bonito, pero con verdaderas trampas para
los moteros. Carretera con bastantes parches de grava no prensada ni
alquitranada. Grava suelta, tapando desperfectos de la carretera provocados por
el intenso tráfico de la temporada de esquí, esperando y con la intención de
que se prensen y cojan consistencia con el paso de los vehículos. Grava, que
además, era exactamente del mismo color que el asfalto, por lo que resultaba
imposible de preveer y de leer donde había o donde no había grava. Esto para un
coche, no debe suponer ningún problema, pero para un grupo de moteros
disfrutando de su pasión, provocó que la grandísima mayoría nos llevásemos
enormes sustos por deslizamientos completos de metros de la moto en su totalidad. Algunos compañeros, entre los que me encuentro, sufrimos grandes
deslizamientos en varias ocasiones. Como digo, fue el peor momento del día, y
que a nivel personal, me llevó a perder la total confianza durante bastantes
kms en la conducción. Bajé el ritmo considerablemente y en cada curva iba
preparado para lo peor. Además, se vió
acentuado, ya que fueron varios tramos donde sufrimos esta experiencia y eran
tramos de carreteras diferentes distanciados entre sí bastante.
Con el susto en el cuerpo, pasamos por Solsona a eso de las casí las 10:00
de la mañana. Casi llegamos a pasar por delante de la puerta del hotel, cosa
que si hubiera ocurrido, hubiera hecho plantearme si parar la moto en ese mismo
momento. Me encontraba incómodo sobre la moto tras los sustos que me había llevado,
el calor empezaba a apretar y el cansancio acumulado daba sus primeros
síntomas. Detenerme en el hotel y haber echado un día turístico por la zona,
tampoco hubiera estado nada mal para mi y mi descanso. Pero no ocurrió ...
terminamos saliendo de Solsona con dirección hacia Coll de Nargó, lugar donde haríamos nuestra primera parada para
repostar.
En este nuevo tramo de carretera, bonito y espectacular, ibamos en grupo.
Bastante estirado, pero en grupo. Disfrutando del paisaje y del entorno
fantástico que nos rodeaba. La carretera
aquí no tenía sorpresas, pero yo aún seguí con el "chip" de la
precaución. Kms después de haberme llevado el último susto, aún seguía pensando
a la defensiva.
Una vez ya en Coll de Nargó, paré
en la estación de servicio, tal y como se habló, pero solo me acompañó Santi, con su flamante BMW F800GS. Ambos
repostamos y reemprendimos la marcha rumbo hacia Isona. A un ritmo bueno, aunque sin ser cañero, fuimos pasando kms.
Disfrutando en este tramo de El Pallars
de Jussa, con su suave pendiente a ambas caras, buena carretera y envuelto
entre una frondoso bosque de pinos. Desde aquí continuamos nuestro disfrute por
una carretera de las mismas características, que poco a poco nos guiaría para
terminar cruzando la Serrat de la Savina.
Terminaríamos pasando por pequeñas localidades hasta que llegamos a Tremp.
En Tremp el grupo se encontraba a
la sombra de algunos árboles que había junto al parque en el que se habían
detenido para almorzar. Algunos ya estaban terminando cuando Santi y yo llegamos y al poco
reemprendieron la marcha. Algunos compañeros faltaban por llegar, y llegaron
después de nosotros. Así que ya todos esperamos y descansamos un rato. Sobre
todo también porque el compañero CarlesTT se encontraba fastidiado. Se encontraba mal,
venía con mareos y como con un bajón de azucar o algo así. Parece que con el
descanso y la hidratación, la cosa le mejoró, por lo que todos nos pusimos
nuevamente en marcha, con un ritmo como el que habíamos venido trayendo Santi y yo: nada de buscar ni
aproximarse a los límites.
Desde Tremp arrancamos siendo
nuestro siguiente objetivo Benabarre.
Durante este nuevo tramo, el paisaje seguía siendo como los anteriores. Puertos
con pendientes, llenos de curvas de circunferencias de radio medio, con buen
asfalto y con un paisaje alrededor de bosques llenos de pinos y espectaculares
vistas a las depresiones que existen entre las montañas y donde se encuentran
las poblaciones que, de forma salpicada, se encuentran en toda esta zona. Paramos en el cruce que nos sacaba a la N-230.
Paramos ya que CarlesTT iba
fastidiado. Así que en este punto, él decidió recortar e irse a un bar a
descansar un poco y luego continuaría hacia El
Pont de Suert, por donde nosotros deberíamos pasar en algo más de hora/hora
y media.
En la unión con la N-230, carretera que cruza todo los Pirineos de este a oeste, la gente le dió al gas y seguramente fue
el tramo en el que velocidades más altas se cogieron. En mi caso, continué
junto con Santi y Crajunfles (con su Superteneré). Hicimos
un tramo bastante rápido hasta que llegamos a Benabarre, lugar donde nos desviamos para coger una carretera super
estrecha, con asfalto irregular y muy tortuosa ... eso sí, muy bonita. Esta
carretera nos llevaría a la A-1505, que nos llevaría hasta la N-260 a la altura
de El Pont de Suert, discurriendo
continuamente junto a distintos valles y continuamente en ascensión suave junto
al cauce del río Isábena disfrutando de una fantástias vistas de desfiladeros,
pequeños acantilados y frondosa vegetación. Carretera bacheada y con algunos
parches, pero que no nos impidió para ir a un ritmo bastante bueno.
En El Pont de Suert, hubo
reagrupamiento. Allí estaba el grupo de Xavi y el de Gonçal. Llegamos nosotros,
que eramos Santi, Crajunfles, Zehio¸y un servidor. Al poco, apareció CarlesTT, ya bastante más recuperado y con ganas de guerra. Justo
en este momento, el termómetro marcaba unos "fantásticos" 40º C. En pleno Junio, pero en pleno Pirineo.
El calor era considerable y la sudada que llevabamos encima todos, no era
menor.
Desde
aquí empezamos a subir un puerto, bastante ratonero, estrecho y en no muy buen
estado. Los fuguillas salieron disparados y yo intenté seguirlos en un primer
momento, pero al ver como se presentaba el puerto y tras llevarme un susto de
casi subirme en el capó de uno de los Ferraris que iba en el grupo de Ferrari,
Maseratis, Porsches .... decidí dejar el intento para otro puerto. Me limité a
disfrutar a mi ritmo, completamente solo. Disfrutando del entorno y de la
carretera ...
La
bajada era dificil, estrecha como la subida, en mal estado (con obras
incluidas), multitud de curvas en herradura y mucho tráfico. Al llegar abajo, no había nadie, por lo que seguí mi sentido y cogí
dirección a Sort, que era el
siguiente lugar donde teníamos que ir para afrontar la subida al Puerto de El Cantó (1720 m). Así que
seguí adelante, por una buena nacional, por la N-260, dirección a Sort bordeando el tramo del puerto que
los compañeros estaban haciendo. Al poco llegó a mi rueda Crajunfles. Así que con Crajunfles a mi rueda, fuimos pasando
los kms. Llegando La Pobla de Segur
para luego coger desvío hacia Sort,
lugar al que llegamos pronto. Pequeña población en mitad de un precioso valle
rodeado de altos picos.
Al llegar a Sort, no nos
detuvimos. En seguida enfilamos hacia el Puerto
de El Cantó (1720 m), ya que hasta el momento no nos habíamos encontrado
con ningún compañero más ni habíamos visto ninguna moto aparcada en ninguno de
los bares o gasolineras por los que habíamos pasado. Así que imaginamos que
estarían arriba. Así que concentración, gasolina, ritmo y gas !!!!!! Este
puerto es una auténtica delicia, en sus dos caras. Es un puerto con un
fantástico asfalto, amplio y con unas curvas de trazadas, que requiere
conocérselo para poder sacarle todo el jugo al gas. Curvas de herraduras
mezcladas con curvones amplios de 4-8 segundos manteniendo la inclinación y que
permiten tener una velocidad de paso por curva bastante alto ...... pero claro,
hay que conocérselo. Tener confianza en saber que es lo que viene después,
porque los balates están ahí, esperando en mínimo descuido. Al llegar arriba,
comprobamos que no hay nadie. Por lo que decidimos parar y sacar los moviles y
preguntar en el grupo de WhatsApp para saber por donde iban. Al contestarnos,
nos dicen que se encuentran en Sort,
comiendo .... ya que acaban de terminar la bajada del puerto, que nosotros
habíamos bordeado y saltado. Aún a pesar de hacer más kms que ellos, le
conseguimos adelantar en ese rodeo.
Con
esta situación, decidimos nosotros también aprovechar las mesas de camping que
había en la cumbre y comer. Tras
reponer fuerzas y descansar, nos preparamos, ya que pensamos que en cualquier
momento pueden aparecer por la curva, ya que acaban de avisar que empezaban a
subir el puerto. A los pocos minutos, aparece CarlesTT y Xavikoala los primeros. Detrás de ellos,
otro grupito.
Todos continuaron con la bajada, y Crajunfles
y yo decidimos también empezar a bajar. Rápidamente, Crajunfles lo pierdo de vista. Esta parte del puerto, es como la anterior,
rápida, muy rápida y lenta, en su parte más baja. Pero siempre con un peligro
bastante latente y que, no me apetecía llegar a acercarme. Decidí disfutar de
la bajada a mi ritmo, ya que el cansancio acumulado era, en este punto del día,
bastante grande y el calor, segun se baja, era mayor.
Al llegar abajo, cogí dirección hacia La
Seu d´Urgell en solitario, donde en la gasolinera encontré al grupo.
Aproveché para hidratarme como necesitaba y colocarme el chaleco refrigerante.
Al poco llegó el resto del grupo y tras un descanso y comentarios con unos y
otros, decidimos arrancar nuevamente, hacia Guardiola
de Bergueda.
En este nuevo tramo que arrancamos, vamos pasando por carreteras
comarcales, carretera que nada más empezar uno de los puertos se convirtió en
una tortura: the return of Gravilla !! Toda la calzada se encontraba llena de
gravilla, completamente. Tramos completos de gravilla suelta, en curvas de
herradura, curvas amplias y en las rectas. Era un puerto de 10 km de subida y
otros tantos de bajada, con una trazada y vistas fantásticas, pero que no
pudimos disfrutar ya que el grupo iba agolpado, tomando las curvas en 1ª y 2ª,
con una tensión y una precaución extrema. Todos sabíamos lo que nos jugabamos,
y lo que, en buenas condiciones no nos hubiera llevado más de 20/30 minutos,
tardamos casi 1h y 30 min en recorrer.
Este tramo, con tantísima tensión acumulada, provocó que el cansancio
acumulado aumentase considerablemente entre todos los participantes. Y dado el
cansancio, el calor, la hora (eran cerca de las 17:30) y el punto en el que nos
encontrabamos, decidimos acortar la ruta. En caso de continuarla, aún nos
quedaban más de 200 kms de puertos. Si la acortabamos, en unos 50 kms estabamos
en el hostal. Así que por unanimidad, decidimos tomar rumbo a Solsona.
Estos
kms discurrían por una carretera bastante buena, una autonómica, en la que
todos enroscamos, pero manteniendo la unidad. Pero justo antes de llegar al
desvio en Berga, hubo una confusión,
cosa que provocó que el grupo se diviera. Yo me encontré en un grupo, rodeado
de Bonevilles (Gonçal, Juan Valdés y
Triply) y la Superteneré de Crajunfles. Estaban
planeando, afrontar la última parte de la ruta originaria. La que nos llevaría
a Solsona. Me ofrecieron guiarme hasta Solsona,
pero aprovechándose de mi nulo conocimiento de la zona y de la ruta y de no
saber bien donde encontrarme ..... me vi en la obligación de seguirles o
me tocaría sacar a mí el mapa y quebrarme los sesos para ver donde carajo
estaba y como llegar al hostal.
Así
que los 5 emprendimos la marcha. Volviendo ligeramente sobre nuestros pasos,
para empezar a subir un puerto muy estercho y ratonero, aunque con muy buen
asfalto ... Pero yo me encontraba
agotado, por lo que rápidamente se me fueron en 3 curvas. La verdad era que
el entorno era envidiable. Unas vistas de escándalo de todo el valle de Berga y rodar en la moto entre hileras
de pinos con esa panorámica, nunca había tenido la ocasión. Poco a poco, según
pasaban los kms, empecé
poco a poco a disfrutar de la conducción ... hasta que llegamos a un tramo, totalmente nuevo. La calzada se ampliaba y
el asfalto brillaba como si lo acabasen de terminar de echar horas antes de que
pasaramos por allí. Esto me animó y me invitó a sacar fuerzas de donde quiera
saber dios las tuviera para aumentar el ritmo, moverme encima de la moto y
moverla a ella y disfrutar como un enano. Tanto llegué a animarme, que en una
ocasión y viendo una señal de "Peligro, osos sueltos", estuve a punto
de hacerme un recto contra una pared de piedra. Por suerte, una frenada más
fuerte de lo habitual evitó la escena y pude seguir disfrutando, hasta que en
una larga recta, veo al final un puente que cruza un embalse y a 4 moteros
apartados a la sombra, justo antes de cruzar ese embalse, esperándome con los
brazos abiertos y una sonrisa en la cara, preguntándome si merecía o no el
esfuerzo de hacer este tramo. Obviamente, y tras el subidón tenido, no pude
contestarle otra cosa que claro que lo merecía. Había terminado disfrutando de
las vistas y la conducción durante otros 30 kms.
Pero aquí no había acabado aún la cosa. Nos quedaban otros 15-20 kms de
fantástica carretera rápida y bien asfaltada. Que rápidamente pude imaginarme
como sería, cuando nada más coger el desvío, se nos acoplaron detrás unas
cuantas R1, GSXR1000, Z1000, con sus buenos altavoces acústicos y llevando sus
pilotos flamantes monos de cuero con los que con la rodilla iban buscando el
asfalto. Poco impedimento les puse. Yo iba detrás de JuanValdes, disfrutando de su conducción y su Boneville, hasta que llegamos a Solsona.
Una vez ya en Solsona, ducha
rápida para poder disfrutar de los compañeros y ponernos a su nivel, alcohologicamente
hablando. Estuvimos disfrutando de una fantásticas charlas, contando anécdotas
del mismo día u otras rutas, mientras hacíamos tiempo para la cena. A la cual,
justo antes de que empezase, aparecieron los Africanos con sus Africas Twin,
comentando que habían completado la ruta. Desde el tramo de la
gravilla, al inicio del día, todo el mundo le perdió la pista. Todos pensábamos
que habrían abandonado, menos Santi¸ su
amigo, el cual nos decía que seguro que aún estaban haciendo la ruta. Así fue
... dos horas más tarde que nosotros, aparecieron en el hostal, con la ruta
completa hecha a sus espaldas. Fueron los únicos que tuvieron cojones de
completarla.
Un año
más, conseguí acabar una ruta soñada para mí. Este año, sin agua, pero con una calor tan agotadora como el agua y la
tensión que provoca. Un año más, en el que tuve la ocasión de volver a ver las
caras ya conocidas y conocer a otras nuevas y, lo importante, poder disfrutar
de todas estas personas, tanto encima de la moto como en una mesa.
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